Jueves, 16 de Mayo de 2024

Los cordobeses, otra clave del balotaje

Si Buenos Aires aseguró a Daniel Scioli una buena elección y haber quedado relativamente cerca de Mauricio Macri, la diferencia en Córdoba fue abrumadora para Cambiemos, con una brecha que pasó la barrera de los 900.000 y significó una mano de oro para la fórmula ganadora. Algunos matices que quedaron tras la segunda vuelta que dejó un nuevo Presidente y mucha tela para cortar.

25-11-2015



Así como la Provincia de Buenos Aires, el histórico bastión del peronismo y particularmente del Frente para la Victoria, aseguró un caudal inesperado de votos a Daniel Scioli y que la elección fuera más pareja de lo esperado, Córdoba fue el espejo para el frente Cambiemos. Como segunda plaza electoral del país, la oferta de Mauricio Macri, a la postre ganador en las urnas, debe una parte del triunfo a la actitud de los cordobeses, digna de un capítulo aparte.

Alguno dirá que la provincia ha sido históricamente reacia a los peronismos en sus distintas expresiones, y que, lejos de eso, es de orientación radical.

Décadas atrás esa afirmación habría tenido sentido, pero sucede un detalle: el peronismo gobierna desde 1999 de manera ininterrumpida, con cuatro períodos repartidos entre el saliente Mandatario provincial, José Manuel De La Sota, que completa el tercero en pocos días, y uno para Juan Schiaretti, quien estuvo en el sillón de mando entre 2007 y 2011 y comenzará otro el 10 del próximo mes.

Una parte importante de los analistas atribuía la baja performance del FpV a la presencia del peronismo delasotista, que impidió el ascenso del primero en los últimos años. Y calculaban que con De La Sota afuera -luego de perder la primaria de UNA, en manos de Sergio Massa, que sacó pasaporte para octubre y finalizó tercero-, Scioli tendría margen de maniobra para ganar el voto peronista habitualmente direccionado a la autoridad de la provincia mediterránea.

Pero los guarismos del último hablaron por sí solos. Scioli tuvo la peor actuación de todo el país, incluso más baja que en la Ciudad de Buenos Aires, señal del desánimo de los cordobeses hacia el partido gobernante.

En efecto, Macri obtuvo una cifra arrolladora en tierras cordobesas, con nada menos que el 71,51 por ciento de los votos, dejando a Scioli con apenas el 28,49 por ciento de las preferencias. Más contundente planteado en cantidad de votos: el flamante Presidente electo sacó 1.540.018 contra sólo 613.611 sufragios del Gobernador bonaerense.

Para una comparación: el Jefe de Gobierno porteño cosechó sólo el 64,78 por ciento de los sufragios en la Capital Federal, equivalente a 1.255.099 votos, contra el 35,22 por ciento del postulante oficialista, 682.354 electores porteños.

Con todo, la diferencia de votos en Córdoba fue de 926.407, cuando el escrutinio provisorio -a nivel nacional- arroja una diferencia de 704.860. En otras palabras, la decisión de los cordobeses explica gran parte del resultado y demuestra un enojo con la Casa Rosada que, en estos años, parece no haber sido satisfecha, sobre todo en materia de fondos por Coparticipación Federal.
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